Droli: Unfortunately Gourmet

Branding & Packaging

2025
Descripción del proyecto

Droli es una marca conceptual de aceites dirigida al sector hostelero que rompe con los códigos tradicionales del producto gourmet. La marca se construye desde una actitud auténtica, irreverente, juvenil y vibrante, acercándose más al lenguaje callejero y creativo que al lujo clásico. Si tuviera un portavoz ideal, sería Dabiz Muñoz: alta cocina con carácter rebelde, sin miedo a provocar.

El proyecto aborda el proceso completo de identidad: desde la personalidad y el tagline, hasta el branding, packaging y dirección visual. El tagline de la marca es “Unfortunately Gourmet” nace de la idea de una marca que quiere ser urbana, punk y gamberra… pero cuya calidad inevitablemente la sitúa en el territorio gourmet. Esa contradicción es su actitud, su tono y su ironía. Esa es la esencia de Droli.

Identidad

La identidad principal de Droli surge de la tipografía, a partir de la combinación de dos familias: una con un carácter más elegante y refinado, y otra más grotesca, expresiva y juvenil. Esta mezcla refleja la esencia contradictoria de la marca —gourmet pero irreverente— y sirve como pilar visual de todo el sistema.

En su composición destaca un elemento geométrico central que hace referencia directa a una aceituna, actuando como guiño conceptual al producto y como símbolo auxiliar dentro del universo visual. Este elemento se convierte en pieza clave para desarrollar patrones, composiciones y recursos gráficos, reforzando la conexión con el origen culinario de la marca desde una estética punk, vibrante y contemporánea.

Etiquetas

La paleta parte del verde oliva como tono principal, acompañado de azul, amarillo y rosa según la variedad. Tipográficamente, el sistema mezcla una fuente sofisticada con otra grotesca y expresiva, apoyadas por una tercera para cuerpo de texto que mantiene el espíritu joven y desenfadado. El resultado es una identidad punk, descarada y con personalidad, donde el orden y el caos conviven con intención.

El packaging se desarrolla en una botella original con etiquetas que ocupan todo el espacio y comunican energía visual. Cada sabor se representa a través de una metáfora visual convertida en “joya punk”. Estas imágenes reinterpretan el lujo desde un punto de vista urbano y crudo: joyas gastronómicas con actitud callejera. Duro, sofisticado y sarcástico a la vez.

En la parte trasera del packaging, un pequeño texto introduce la “Droli revolution”, reivindicando una nueva forma de entender lo gourmet: libre, provocadora y sin pretensiones.

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©Adrián Domínguez